EL ÖLEO La tradición 1

Desde siglos, el óleo es el rey de los procedimientos pictóricos, pero en el mundo (o submundo) de la ilustración, el óleo acarrea algunos inconvenientes, la lentitud en el secado es una de ellas
Puedes usar aditivos secantes,  pero como en mi caso la mayoría de las ilustraciones, las "termino" (es un decir, ya es sabido que los ilustradores, sólo damos por finalizado un trabajo cuando nos lo quitan de las manos) la madrugada anterior a la entrega, ya vemos que eso es imposible.
Luego está el soporte, debe ser tela o cartón, la tela debe enviarse sin bastidor, o sea enrrollada, imaginad la sorpresa al recibir el original en N.Y, (un suponer) y encontrarla pegada si el fijador o el propio óleo no ha secado adecuadamente. El cartón, aquel Sholler que costaba un ojo de la cara, funcionó hasta que los editores y las imprentas exigieran un material blando para adaptarlo al cilindro de la maquinilla de impresión
( el escaneado y la fotografia digitales aun estaban lejos)

Toda mi vida he utilizado el óleo para mis pinitos pictóricos y experiencias más artísticas , en la segunda entrada muestro un cuadro de buen tamaño, que en pequeñito se aprecia mal,  fué en el 91, cuando mi primera incursión al mundo de los personajes tristes ( aun no eran patos ) y las fábricas/iglesia, las estaciones de tren abandonadas, vendrianmás tarde.
El otro, tambien con personajes/pájaro, fué para una futura narración, que sigue siendo futura, .
Y en esa entrada, una ilustración , no publicada, de un afgano con un dromedario.

Los demás archivos son de mis únicas ilustraciones al óleo publicadas en 45 años de profesión.
Fué en el 85, no recuerdo cómo, recibí el encargo de ilustras las portadas de una serie reeditada de novelas de Sven Hassel.
El personaje, muerto hace pocos meses, fué un tipo controvertido, uno de esos escritores de pasado misterioso que, como literatos que son gustan y saben esconder, mostrar o inventar, como aquel operario y profesional  londinense que escribió desde su casa, varios libros sobre el Tibet y los lamas.
Yo nunca tuve interes en las guerras, salvo mis colecciones de cromos infantiles, y las"Hazañas Bélicas" del  bueno de Boixcar, y sin "google"que echarme a la boca, tuve que documentarme.
Voy a contar alguna batallita del abuelo Cebolleta, o sea que si pasais, lo comprenderé.
1º Fuí al mercado de San Antonio una mañana de domingo,( para los de Madrid, es algo asi como el mrercadillo de libros de viejo y descatalogados de Cuesta de Moyano, pero sin mojarte si llueve.)  Allí compré una enciclopedia en varios tomos que !diablos! la deje y lo me la devolvieron!! sobre la segunda guerra mundial.
En ella encontré fotos reales en B/N que me inspiraron escenas ilustrables.
2ª  Compré en una jugueteria una maqueta de un "Panzer" para otra portada.
3ª  Adquirí en una tienda de las Ramblas, la réplica de una "Luger Parabellum" que aun conservo.
4ª  Acudí a casa del gran  Longaron, magnífico ilustrador, una verdadera autoridad en temas bélicos, y aun mejor persona,  para asesorarme debidamente.
El caso es que yo quería una técnica densa, oscura, que diera la talla, claro está que yo admiraba a los grandes ilustradores que cultivaban el óleo, Sanjulian, Enric, Fernando, Frazeta, y en esta ocasión para la cual no mediaban largos viajes ni prisas excesivas, me decidí.
Esos cielos oscuros, con potentes degradados y fundidos donde el maquetista , en ocasiones colocaba el rótulo en rojo y aparecía de camuflaje, no hubieran sido igual con la acuarela de costumbre.
En fin, que no repetí la experiencia,  aunque ahora le estoy dando vueltas al acrílico, el "ni, ni".