Me hubiera gustado seguir trabajando en un estilo semicómico, un poco grotesco, con más margen creativo y que sólo pude cultivar en contadas ocasiones en los cómics Warren.
Curiosamente hasta hace unos pocos años, no he recuperado mi interes por los cómics, esta vez para el mercado aleman: El album Wigalois, Dinosauros mutantes, Elfas, sílfides, unicornios y demás criaturas, ocupan gran parte de mi tiempo.
En aquellos 80, intentaba huir de los caretos adocenados, una de las trampas comunes de los comiqueros, era terminar dibujando, siempre, un mismo par de caretos en todas las posiciones posibles.
Por eso, en aquel entonces, gustaba de abocetar rostros diversos, con diversos caractéres y
El otro día encontré unos cuantos, y como que es sabido que casi siempre prefiero los bocetos a los trabajos terminados, os los muestro tal cual, igual rescato alguno de esos caretos para algun trabajo actual o futuro .
Confieso que, con un talento infinitamente menor, por supuesto, también soy de los que trazan rostros casi sin saber por qué y sin que detrás de ellos haya nadie. Quién los ve me pregunta ¿quién es?, y no es nadie, ese es rostro inventando. En el cole yo no era quien lo hacía bien, ese papel le correspondía a otro. En el cole siempre parecen reunirse los mismos arquetipos, y el Dibujante, el que lo borda, es uno que no falta en cada curso. Sin duda alguna ese fuiste tú.
ResponderEliminarCierto, Juan, fuí el dibujante de mi promoción, y confieso que me salvó la vida.
ResponderEliminarYo fuí muy irregular en mi época escolar, sobresalientes y notables en mis primeros y últimos años escolares y otros muy duros en medio, en estos en que no entendía gran cosa de las asignaturas y encima era el peor jugando al futbol, el dibujo me puso en el mapa, mi experiencia me dice que los niños no son "buenos" de suyo, si no te admiran por algo (puede ser cualquier cosa) estas acabado, por lo menos en mi escuela de "ciutat vella" en Barna, en aquellos 50 del motocarro.