isidre mones art

Hace unos 25 años descubrí la acuarela líquida Vallejo y le he sido fiel hasta hoy, la forma de dosificar el líquido, es cómoda y útil.
El gouache no permite facilmente aclarar los colores con agua, sino con blanco u otro color más claro.
Y aunque los pigmentos, se supone, son cubrientes, sólo el blanco lo es realmente.
Conseguir la zona de luz de un color azul, mezclando blanco, funciona, pero no así de un rojo, donde sólo consigues rosa, o un verde, que dará un verde blanquecino.
Puedes añadir amarillo, pero éste, en la mayoría de marcas, es demasiado transparente; si a esto añades el hecho de que al secar, los colores pierden intensidad, el resultado final, facilmente resulta enharinado.
La acuarela es una gozada de técnica, impredecible, dificil, se la supone improvisada, pero puede controlarse, para una ilustración como la que os presento es imprescindible un buen papel, de buen gramaje, de grano medio y suficiente cola para que no haga virutas a la tercera veladura.
El trabajo es del 87, no era un encargo y por eso no tenía hora de entrega, "no venía de una hora" decimos en Cataluña.
Trabajar sin modelo, sin referencias y sobretodo sin prisas, apurando formas,
volumenes, luces, sombras y detalles, es tambien una gozada.
Este personaje de zapatos cambiados (una fijación) apareció en el "American Ilustration Showcase" del 1988.
Isidre Monés