EL ACRÍLICO, NI, NI

En mi juventud, (hablo de los 60) para los puretas de la pintura, el acrílico no era ni chicha ni limoná.
El acrílico era cosa de los americano, que con el "Action painting", ya les valía, o para los del "Pop Art" del bote de sopa y las viñetas de comic aumentadas de trama, a los que el acrílico tambien les funcionaba.
Aunque reconozco que David Hockney, me dió que pensar, por los resultados que conseguía con el acrílico de marras.
Para la ilustración, que a fin de cuentas, era mi día a día, el acrílico no planteaba grandes soluciones, y para un profesional poco o nada organizado ni escrupuloso, sí planteaba grandes problemas, no el menor los cacharros con pintura seca (el acrílico seca  a una velocidad asombrosa)
A diferencia de la acuarela líquida que con un chorro de agua limpias los cacharrillos, el acrílico puede ser  una pesadilloa, incluídos pinceles y tubos secos, total una fortuna.

Con el tiempo (no se porque cuento esas cosas) mostré algunos de mis dibujos a lápiz, acuarela o pastel, a galerias de segunda línea, las de primera línea, suelen mirar por encima del hombro a todo ilustrador de profesión que se atreve a aventurarse en el mar proceloso de la pintura. Las de segunda tambien, pero...el caso es que más de uno me dijo algo asi como  "Se ve que vd. es ilustradoooor, pero me gusta, peeeero el papeeel tiene poca salida,  a la gente les gusta la tela".

Y un día tomé una tela y pinté con !acrílico! con la técnica del óleo que manejo con cierta desenvoltura,  pero el acrílico o seguramente yo, no dábamos la talla.
Al poco descubrí una cosa, el acrílico manejado como acuarela pude dar unos resultados sorprendentes.
Con el tiempo he sabido que eso ya lo habia descubierto mogollón de gente.
He aqui lo pintado, no he tenido tiempo de más.