La primera, volver a trabajar para el mercado americano, cosa que hice durante largo tiempo , pero que ultimamente parecía misión imposible, la segunta,trabajar con un texto y un estilo que me gustaron desde el inicio.
No era una idea nueva, se trataba de seguir con las surrealistas andanzas de un abuelo y sus dos nietos, andanzas iniciadas por la autora, Judi Barret, en los 80
Nunca tuve mayor problema en "reinterpretar" estilos (Lo hice con Disney, que era mucho reinterpretar y en otras múltiples ocasiones) La única condición era que el estilo me gustara y que yo fuera capaz de hacerlo.
Aquí se daban los dos caso, es texto me atrapó desde la primera línea y el estilo me era familiar, pues tengo una edad. Las locas aventuras del abuelo, esta vez metido a astronauta y dirigiendo un descabellado negocio de exportación/importación de tartas marcianas era un caramelo para cualquier ilustrador.
El "vintage" tiene esas benditas cosas, llega un día en que los padres tienen hijos y recuerdan su infancia, si han sido celosos de sus recuerdos encuentran algun libro en el desvan, y de aquí a intentar que sus hijos lo conozcan hay un paso.
En mi negocio ( el de ilustrar libros) se da otro caso, esas ilustraciones de hace 30 o 40 años, con su estilo un tanto "contracultural" su sombreado de pluma de trazos cruzados, sorprenden en un panorama editorial "tomado" por el dibujo digital, contra el que no tengo nada (Dios me libre) pero que resulta un poco monótono en ocasiones o si es muy vanguardista, confuso.
En fin, que disfruté mucho con este libro, aqui quiero mostraros la portada y alguna página del libro publicado, asi como un par de bocetos a lápiz , no desvelo ningun secreto si digo que su realización ( los diversos bocetos a lápiz) es el momento de mayor gozo de todo ilustrador.
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