Las peripecias de Noé con el Arca, la destrucción de Sodoma y Gomorra o las Plagas de Egipto, lo cuentas a los niños con cierto humor y distanciamiento, o mejor no lo cuentes.
Y así lo hice. Por suerte (o no) el cine, nos tiene acostumbrados a que mueran tropecientas mil personas en un cataclismo, terremoto o caída de meteorito cualquiera, y si al final el chico y la chica consiguen encontrarse más o menos vivos, respiramos aliviados y salimos contentos porque la peli "acaba bien".
O sea que, me puse manos a la obra, bastante ingente, de ilustrar treintaytantos libritos.
Afortunadamente, y como buen agnóstico, soy un aplicado lector de la Biblia, y ello me facilitó la empresa.
(Otro día hablaré de la incultura en la materia, de las nuevas generaciones que ven un San Sebastían y piensan en los indios)
Con el tiempo de por medio, repaso las ilustraciones de los habitantes viciosos y malos de Sodoma, dándose contra el marco de la viñeta, porque los ángeles mensajeros ( los mismos a quienes querían beneficiarse) los han cegado en justo castigo. y me siento supersatisfecho.
Lo mismo con la representación de las Plagas de Egipto,
En principio, temí que tanto distanciamiento no colara, pero sí, cosa que debo agradecer a Editorial Egmont.
Todo fué pintado con acuarela líquida, recordando películas sobre el tema, grabado de Doré y libros en general, sin olvidar los de Historia Sagrada de mi infancia y documentación sobre geografía y costumbres.
Pero eso fué sólo el principìo.
1/4/13
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